Autor:
Varios
Título: Carta a Felipe II de los Oficiales
de Filipinas, Guido de Lavezaris, Andrés Cauchela, Andrés de Mirandaola
y Salvador de Aldave, dándole cuenta de la venida de Limahón, viaje
a China de los agustinos Martín de Rada y Jerónimo Marín, de las minas
de oro, y cuentas que les ha tomado el Gobernador Dr. Francisco de Sande.
Lugar y fecha: Manila, 1576
Localización:
AGI, Aud. de Filipinas. 29; 3 hs. fol. ; original.
Extensión
del documento digitalizado:
1.590 palabras / 8.588 caracteres
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Localización
y transcripción: Dolors
Folch Fornesa / Carles Brasó
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Carta
a Felipe II de los Oficiales de Filipinas, Guido de Lavezaris, Andrés Cauchela,
Andrés de Mirandaola y Salvador de Aldave, dándole cuenta de la venida de
Limahón, viaje a China de los agustinos Martín de Rada y Jerónimo Marín, de
las minas de oro, y cuentas que les ha tomado el Gobernador Dr. Francisco
de Sande.
C. R.
M. El doctor francisco de sande, persona en quien V. M. fue seruido de probeher
el cargo de gouernador y capitán general destas partes, llegó acá en 27 de
agosto passado del año de 575 [1575]; toda la tierra a rresçibido gran contento
y alegría con su benida; en breue haremos rrelaçión a V. M. del estado de
las cossas desta tierra. El día de sant andrés del año de 574 [1574] asaltó
este campo de V. M. vn cosario de tierra de china, llamado limahón, con sesenta
e tantos nabíos; matáronnos al maese de campo, martín de goyti, y más de veinte
soldados, y se rretiraron a sus nabíos, y en ellos se fueron al rrío de pangasinán,
cinquenta leguas desta ciudad, y allí se fortalesçieron y aloxaron, donde
fué Juan de salzedo, que subcedió en el cargo de maese de campo, y le quemó
toda el armada y le sitió en tierra; a cabo de seis meses se salió huiendo
en vnos barcos que hizo dentro de su fuerte; dexó toda la tierra arruinada
y abrazada [abrasada], y a los que en ella estáuamos escandalizados y espantados
de vn caso tan estraño y sin ymaxinar.
Estando
sitiado limahón vino a saber dél vn capitán del rrey de china por mandado
de vn gouernador, y queriendo boluer con la nueba de cómo estaba cercado,
fueron con él dos rreligiosos, frai martín de arrada e frai gerónimo marín,
e dos hidalgos, pedro sarmiento e miguel de luarca; hiziéronles allá mucha
cortezía e buen tratamiento, tornáronlos a embiar diziendo que boluiesen otro
año; quentan grandes cosas de la grandeza de aquel rreyno e de su biuienda,
como allá se entenderá más largo por la rrelaçión que se embía a V. M. desto
y de lo de limahón, a cuya causa no nos alargamos en ésta.
El nabío
Espíritu santo, donde benía, a lo que se á entendido por vnas cartas que se
hallaron, el padre frai diego de herrera, se perdió en la ysla de catanduán,
ques cerca desta, con vn huracán que le dio el mes de abrill passado, a veinte
e cinco dél, sin que escapasse hombre biuiente; ános puesto esta nueba en
mui gran trauajo y afliçión, y la auemos sentido en el grado ques rrazón;
dios nuestro señor se apiade de nosotros y nos tenga de su mano y guarde a
V. M. muchos años para que nos ampare e defienda.
El gouernador
enbió a descubrir las minas de yloco; fué a ellas el sargento mayor juan de
morón; están veinte leguas la tierra adentro, cámino áspero; halló poca gente,
dizen alará hasta dos mill hombres; halló minas hondas de veinte y treinta
hasta cinquenta estados (?); truxo metales, al pareçer, rricos; no se á fecho
ynspiriencia dellos; a méxico se enbían para que se entiendan lo que son.
En las
quentas que por el doctor francisco de sande, gouernador de V. M., nos an
sido tomadas, avemos sido vexados e molestados lo más cruelmente que hasta
oy se á uisto, sin ser oydos ni querer passarmos en data cossa ninguna de
las que se an gastado en el seruicio de V. M. y sustentaçión del campo, constando
claro por rrecaudos e libranças de los gouernadores passados en lo que se
á gastado y consumido, que es vna fortaleza que se hizo, y en comprar canela
para embiar a su magestad y arroz y bastimentos para la sustentaçión del campo,
en comprar fierro de china y loça para el rrescate de la canela, tablas, madera,
xarçia, brea, azeite de cocos, carbón, nabíos desta tierra, lo que se á pagado
a yndios bogadores e a yndios herreros y carpinteros, y a las personas que
se an ocupado en la cobrança de los tributos de su magestad, que monta todo
lo que se á gastado en esto catorze mill pesos, y en otras libranças e cossas
extrahordinarias más de otros seis mill pesos, y ninguna cossa destas nos
á querido passar en quenta, constándole que todo esto en los mesmos géneros
se va oy en día gastando en más cantidad y de la misma manera. Y de todo lo
que se á dado de la hazienda e rrescates de V. M., y de la rropa del socorro
que truxo el capitán Juan de la ysla, que con acuerdo del gouernador, miguel
lópez, y de los capitanes y offisçiales del campo se dio e rrepartió entre
los soldados, y lo demás se dió con libranças e mandamientos de los gouernadores,
asimismo nos á fecho cargo dello, y aún de lo que del dicho socorro se va
cobrando de los que mueren, sin querernos oyr e sin rremedio alguno, por solo
vn tiento que á fecho nos á executado, presso y enbargado y secrestado [secuestrado]
los libros, sin rresçibir ni admitir descargo ni cossa que sea en nuestro
fauor, aviéndose todo ello consumido e gastado en seruicio de su magestad
y en la sustentaçión e rremedio del campo con mandamientos e libranças de
los gouernadores, sin tener atençión a los trauaxos e miserias que auemos
passado, y al cuydado e diligençia que auemos tenido en seruir a V. M.; es
cossa que consume la uida con gran sentimiento y affliçión, que en tiempo
que se esperaba premio de los trauaxos passados, nos vemos corridos, pobres
y adeudados y desfaboresçidos, que avn vna poca cantidad e miseria, que para
sustentar-nos a quenta de nuestros salarios avemos resçibido, no la á querido
tan poco passar en quenta, sino rremitirlo a V. M., siendo negoçio tan llano
que oy en día se nos deue a todos los offisçiales más de quarenta mill pesos
de nuestros salarios corridos, de los quales no nos avemos pagado por acudir
a las cossas del rremedio y sustentaçión del campo, como fieles criados e
vasallos de V. M., que si no ubiéramos mirado más de a nuestro ynteresse,
no obiera faltado de qué nos poder pagar. Y agora vltimamente nos á quitado
vnos pueblos yndios, que nos auía encomendado el gouernador passado al fator
e contador para seruicio de nuestras casas, que serían quatrocientos yndios
a cada vno, siendo de los primeros, y auiendo seruido a V. M. en la conquista
e passificaçión destas yslas, con los trausjos e con la fidelidad y diligençia
que es notorio; soldados ay en el campo, que vinieron después de nosotros,
que tienen a dos mill e tres mill pesos de rrenta de encomienda de yndios,
y nosotros por seruir estos offiçios nos vemos pobres, sin yndios ni sin salario,
pues hasta el día de oy no auemos cobrado sino vna miseria para sustentarnos,
y se nos deue mucho dinero, como avemos dicho; suplicamos a V. M. lo mande
rremediar e hazernos merced, y que se nos pague todo lo corrido de nuestros
salarios y lo que adelante corriere, sin que en ello se nos pueda poner ympedimiento
alguno, siendo V. M. seruido de que vsemos los offiçios, y si no que se nos
dé premio de nuestros seruicios y que gozemos de la merced que los demás;
suplicamos humillmente a V. M. mande probeher en el casso lo que sea justizia.
Todos
los papeles tocantes a la haxienda rreal de nuestro tiempo enbiamos a V. M.
al rreal consejo de yndias, para que allá se vean, por donde se entenderá
la horden que se á tenido en seruir a V. M.
Saluador
de aldaue á casi tres años que sirue a V. M. el cargo de thesorero por nombramiento
de guido de lauezaris, sin que hasta oy se le aya dado salario ni entretenimiento
alguno, y el premio que agora se le á dado es quitarle mill yndios que le
auían dado e tenía como los demás soldados de su tiempo; por aquí entenderá
V. M. que avn no sólo no apeteçen los hombres seruir estos offiçios, pero
avn los aborreçen. Bien entendemos que la rreal voluntad de V. M. es de que
se nos haga merced y seamos honrrados, pero como está V. M. lexos, los que
gobiernan vsan con el poder que tienen de lo que a ellos les combiene, y no
se les da nada que sea todo lo que hizieren en nuestro perjuzio.
Dos rreligiosos
que este año boluian a la china, los capitanes chinos que los llebauan, como
gente ynfiel e bárbara, se arrepintieron y los dexaron en la costa de yloco,
desta propia ysla, que fue el menor daño que les pudieron hazer, donde les
halló el sargento mayor, Juan de morón, que benía de descubrir las minas y
los truxo a esta cibdad. Crehemos que nos an de procurar hazer el daño que
pudieren, porque lo yban así publicando, y asi estamos debaxo del amparo de
dios nuestro señor y de V. M., cuya C. R. M. guarde nuestro señor y en grandes
rreynos e señoríos acresçiente. De Manila 6 de Junio de 1576 años. C. R. M.
De V. C. R. M. fieles criados y basallos que humillmente los rreales pies
de V. M. bessan y en su amparo se encomiendan. guido de lauezariis. andrés
cavichela. andrés de mirandaola. Saluador aldaue [con las propias rúbricas].
AGI, Aud.
de Filipinas. 29; 3 hs. fol. ; original.